Habrá quienes apreciaran la
imagen con todo su contenido, empero para aquellos que así no lo logren, procedimos
a intensificar una segunda fotografía de forma que nadie quede fuera de la observación.
Habitualmente notamos a la persona como
elemento indivisible, sabemos que esto no es así y en las presentes imágenes lo
dejamos crecidamente demostrado. En la fotografía, junto a mi persona, observamos
la genuina sustancia de protagonistas de otros tiempos, los que al presente se exhiben
desposeídos del sólido y moldeable atuendo carnal, por ende dejan al
descubierto su interior sutil, estampa análoga a la que lucieran en su vida anterior.
Desde el punto de vista humano notamos
se desplazan a precipitada velocidad, muy por el contrario, en momentos de reposo
parecieran flotar acoplados a la brisa.
Dificultoso comprender, se piensa como algo de ellos, algo alejado de
nuestra realidad personal, no obstante muchos de nosotros de allá venimos y
hacia allá vamos luego del terminante turno que impone “la vida”.
Es necesario preservar el cuerpo, para
una estancia agradable, la envoltura no ha de malograrse. Del mismo modo y en
mayor medida es trascendental agasajar aquello que nombramos alma, sustancia
imperecedera que prospera al tiempo que la empujan los sentimientos.
En la prueba de la vida el triunfador no
es el más impetuoso, sino quien capta sus sabores.
"No hagáis el mal y no existirá". (León Tolstoi)
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani