En la vereda de enfrente

Conseguiríamos agregar palabras en abundancia para presentar la imagen de la actual nota, pero preferimos únicamente indicar que se trata de una de aquellas fotografías que bautizamos “activas”, conforme al momento en que se mire el espectáculo es desigual, panorama que se despliega entre dos rostros incomparables entre si y acaso alguno más de conformación enigmática, esperamos logren evidenciarlo.
Si, corresponde indicar que se trata de una imagen espiritual, seres de nuestra raza con ciertas diferencias, contrastes que los convierten actualmente en humanos etéreos en seguro aguardo de otra vuelta por este maravilloso estado carnal, que si bien aún no disfrutamos completamente es presa de enorme deseo.
Cuando la incertidumbre a causa del desconocimiento es depuesta, se extienden los límites de la comprensión.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani

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Naturaleza manifiesta

Creer o negar no modifica el rumbo, frente al asombroso escenario que nos envuelve las palabras resultan insignificantes, inclusive nuestras conclusiones parecen superficiales, conclusiones humanas validas únicamente para el contexto humano. 
Observamos una naturaleza manifiesta, en ciertos casos se desarrolla más allá de la capacidad de comprensión, entender no solo es tarea del discernimiento, sino labor de todos los sentidos.

En la fotografía distinguimos a Ana jugando con un pequeñín que se encuentra parado sobre su palma, pequeñín que no notamos en la presente imagen, pero si advertimos en proximidad un entorno sumamente amigable compuesto por naturales de este asombroso sistema, individuos de los cuales nos consideramos parte, notarán en la fotografía determinadas marcas a modo de ayuda, comenzamos a señalar la ubicación de cada uno pero, desistimos al notar que es tarea insostenible.

Repetidamente la señal es la cruz, incuestionable  guía del camino certero, en este caso pueden advertirla sobre la cabeza de uno de los señores que poseen la marca circular en el sector izquierdo de la imagen.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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Amigos en todas partes

Si tratamos de investigar en base a lo ya expuesto, seria desacertado, cantidad de escritos tratan el tema, pero invariablemente en forma hipotética, pareciera que desde algún rincón partió una idea que fue replicada por miles. Como entendemos que la mejor manera de conocer la realidad es preguntar a los actores, así lo hacemos, lento y sin perder oportunidad.

En la fotografía observamos mi persona, mi rostro se encuentra arriba de la figura de león de caricaturas, sin embargo el ojo entrenado distinguirá que me encuentro bloqueado, me rodea un cúmulo de seres que me abrazan, ajustan sus mejillas contra la mía, se cuelgan de mis brazos y muchas otras expresiones de afecto. Regocijo pleno provocado por mis dichos, de la forma habitual,  espiritualmente dije algo así: “me conocen desde tiempo atrás?, nosotros ya fuimos amigos?, yo ahora no los recuerdo, Uds. me recuerdan a mi? “ no podíamos pedir mejor respuesta, entendemos que fue una afirmación muy expresiva.

Tener amigos en todas partes, es la clave para una existencia radiante, amistad divino tesoro, no es una frase célebre sin más.

Buena vida amigos

Pablo y Ana Borsani

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Pisar sin dejar huellas

Sin interesar el paso del tiempo, nuestro amigo, aquel al que apodamos Tronki, sorprendente ser, factiblemente clasificado como Gnomo o Duende dentro de la tipificación impuesta por determinados humanos,  permanece sobre el veterano e indolente tronco abatido por algún torbellino ya lejano, lugar adoptado y punto de encuentro en donde semana tras semana la complacencia del cariño florece.

Este hecho no es casual, existimos ignorantes de la exhibición disimulada que nos ofrece la madre naturaleza, es imprescindible pisar sin dejar huellas en este dominio sin fronteras, posesión de la vida, planeta tierra.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani  

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Igual a un mágico cuento

Sorpresa la nuestra al descubrir diversos individuos trepando por la cuerda que desciende del morral, ya es hora avanzada, la penumbra cobra vida en el recinto de la capilla de Nuestra Señora de Itati,  lugar al que domingo tras domingo asistimos.

Debido a la media luz no se logran distinguir las formas pero,  ciertamente al tratarse de seres luminosos logramos sus siluetas,  afines a personajes componentes de un mágico cuento, ficción que relataran en nuestra infancia con regocijo nuestros mayores o, tal vez deseando mencionar una realidad difícil de narrar de otro modo.

El escenario ante sus ojos, ambicionamos disfruten de este maravilloso testimonio.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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Formas de ignota constitución se lanzan por el aire,  pese a la escaza iluminación existente.

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Muestra del morral y cuerda a la que hacemos mención.

Más de un millón de amigos

Improbable contarlos, los hay por doquier.  Sea cual fuere la fisonomía del ser que se nos presente su alma es generosa, solo el desconocimiento y la ignorancia se ha encargado de descalificar por cientos y cientos de años a tan admirables existencias. Factiblemente habitan más allá del espacio y tiempo, tierra lejana para penetrar en ella, pero no tanto como para impedir que sus naturales  participen en forma incesante en nuestras acciones diarias.
En la fotografía que ilustra esta nota pueden apreciar innumerables existencias de desiguales formas pero de almas afines, sin líneas demarcadoras de raza, color o representación, todos son uno y así de la misma manera somos y nos descubriremos acogidos nosotros los humanos. Quien no distingue de manera visual,  al menos debe intentar  sentir, desgranando las sensaciones una a una encontrara nuevas y ciertamente maravillosas.
Es nuestro deseo que disfruten una increíble vida.
Pablo y Ana Borsani

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