Todo es cíclico en la naturaleza, el clima, el día y la noche, la
vegetación, las mareas y mas, en base a ello hay opiniones de que el
humano integra ese desempeño natural, se
especula con que regresa una y otra vez a fin de superar la marca anterior,
marcación de progreso personal, claro está, se dice que reencarnamos una y otra
vez, hay quienes se atreven a indicar 108 sucesiones.
Nuevos eventos nos aportan actuales conjeturas, teoría que concebimos al
entremezclarnos en este adyacente mas allá,
supuestos que nos hacen cambiar el rumbo de nuestros pensamientos, como
sabrán nuestro contacto no incluye hasta el momento la comunicación verbal, si
visual, por tal razón corren por nuestra cuenta las presunciones aquí expresadas.
Discernimos que de ser el renacimiento un proceso de progreso, en estos
tiempos nos hallaríamos cursando una etapa ampliamente superior, no olvidemos
que la vida sobre el planeta data de algo más de 3000 millones de años, sin embargo nos apena ver que la conducta humana declina, asimismo el índice
demográfico que debiera estar finamente
balaceado, tantos van, tantos debieran regresar, va en marcado ascenso, mas indicios sobre el terreno, señas que nos sería difícil
enunciar, nos llevan a suponer que no es circular el camino, si debiera ser lineal, de avance permanente o
cuanto menos de no retorno para el común de los mortales.
Serenidad, quedemos seguros que
aquellos que han partido se mantendrán cercanos e integrando esa legión de
ángeles que camina a nuestro lado, eso lo podemos apreciar, pero, ciertamente en el escalón
siguiente, reflexión que si bien es alentadora nos aflige, pretendiéramos
cercar con un abrazo a tantos “grandes” que ya no palpamos, abrazo que
comprendiendo esto, tendremos que acordar hacerlo como hasta hoy, desde el
alma.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani