¡Aquí estoy!

Por motor la esperanza, no obstante su marcada timidez se descubre frente a la cámara, al distinguirla alcanzamos a percibir una muda e imaginaria exclamación,  un enérgico ¡aquí estoy!.
Imposible almacenar esta fotografía, se distinguen más seres en la penumbra, sin embargo el rostro que se destaca es el de la resuelta dama.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani    

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Magnifica presencia

La fotografía que presentamos ahora la verán sin retoque alguno, conseguiríamos intensificar la silueta pero juzgamos mejor presentarla  tal y como se advirtió en su momento. Hay quienes no quisieran presenciar una aparición como esta, aparición que tiene por nombre “fantasma” expresión vulgar que eriza la piel. Para poner paños fríos al relato debemos decir que la imagen fue captada dentro de una capilla de culto católico cuando entraba la noche y esta visión la recorría centrando su atención en la figura de Jesús, nos simpatizaría conocer la identidad de tan magnífica presencia.

Prueba de que los espantos se encuentran en nuestra mente debido a milenios de mal información, la estampa no califica el carácter o como dice el refrán, el lobo viste con piel de cordero.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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En la comodidad de la corteza.

Los círculos claros son tan solo indicadores que hemos elegido para acentuar el espectáculo, cantidad de seres se encuentran adheridos a la corteza de este anciano del bosque.

Debemos reconocer,  máxime cuando estamos frente a tan maravillosa visión, que posiblemente llegue el tiempo en que será de nuestra elección convivir junto a especies vegetales, a las que poco afecto les brindamos en este paso de nuestra existencia.

Auspiciamos un cambio de rumbo, súmense en defensa de la vida en todas sus formas, como acción concreta comencemos plantando un árbol.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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Espíritu sano y puro

En la fotografía advertiremos un espíritu de color rojizo y rostro gentil en pleno vuelo, la pregunta que muchos nos hacemos es si su color da cuenta de su condición, un no rotundo como respuesta, ciertamente el color lo adquieren por la luminosidad del ambiente y su pureza, aquellos que deducen que al final de esta vida corpórea pasaran a ser espíritus necesitan entender que dé haya venimos, lo primero que acontece no es la vida carnal sino la vida espiritual y este,  no es más que otro paso que debemos dar, al extinguirse nuestro cuerpo carnal retornamos a nuestra anterior forma pero con el agregado para muchos del conocimiento, hay quienes al pasar de un terreno al otro añoran y muestran su forma pasada, son los comúnmente confundidos con los famosos fantasmas. Quien como en el caso de la fotografía ronda tal como es, no puede más que ser un espíritu sano y puro ya sea por haber asumido su condición o por encontrarse anónimo a su futuro.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani 

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