La imaginación
nos proyecta un rostro para cada personaje, gnomos, duendes, hadas entre otros
tantos cercanos habitantes de esta tierra. Cuando la realidad se presenta, tal
como en este caso, comprendemos que la silueta puede ser así como lo es la
nuestra, diversa, cantidad de formas para una misma estirpe, es por ello que los
apodaremos “hombrecillos del bosque”.
Corresponde señalar
que las apariencias engañan, las
facciones del presente hombrecillo atañen sobre seguro a su edad avanzada.
Imágenes
como la actual hacen replantear parte de la educación por nosotros recibida, instrucción
social humana a puertas cerradas, ahora ustedes y nosotros abrimos la ventana echando
una mirada a mucho de aquello que no nos han contado, disfruten del saber,
conocer el medio nos hará diferentes.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani