En diversas oportunidades exhibimos vegetales con rostro, pero claro,
entendemos que es de dificultosa comprensión, al igual para nosotros, pero sin
interesar la justificación, sea el rostro vegetal, algún espíritu bromista o
porque no un duende jocoso, aunque bien todos conocemos la respuesta, vive Dios, la existencia a la que nombramos vida corre mucho más allá de lo que nos
muestra nuestra corta visión o la más amplia imaginación. Insinuar “cuidemos el
planeta” ya no es correcto,
entendemos que ahora llego el momento de decir “cuidémonos hermanos”, porque el
escenario revela que el planeta logrará permanecer sin nuestra mediación. Pretendamos
perdurar, funcionemos naturalmente desviándonos de actos suicidas como los que
hasta el presente ejecutamos, luego nos diremos gracias.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani
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