Así como ocurre acá, a la
vista de todos, los sucesos se renuevan un poco más allá…en donde frecuentemente
no alcanza la visión, por esa razón los invitamos a ver y comprender, observen, magníficos cachorros en la
fotografía de hoy, si bien penetramos en su espacio nos atienden con simpatía
y se comportan tal como si se tratara de nuestras fieles mascotas, perros
semejantes a los conocidos de este lado, de nuestro punto de enfoque habitual, viablemente
diestros en los dos espacios, el de acá y el de allá . Debemos confesar que
invariablemente cargamos caramelos en nuestros bolsillos, aunque solo hubo que
recurrir a ellos a modo de obsequio, nos tratan maravillosamente bien. Buena vida. Pablo y Ana Borsani
En la
imagen apreciamos que un joven pareciera hablarle al oído a una perra que
protege a su cachorro, sabemos que del
otro lado el amor es básico pero esta imagen en particularnos recordó nuestros actuales actos, la amistad
que une a estas dos razas, la humana y la canina, acá y allá inseparables.
La reencarnación, el ida y vuelta de nuestro ser
natural despojado de la materia, regreso corpóreo a fin de apreciar las
sensaciones múltiples que conlleva el ser material, pero, qué sucede con
otras especies, en esta entrada comentaremos lo que alcanzamos a evaluar sobre
nuestros fieles compañeros, los caninos.
Sabido es que los investigadores suponen que
nuestra familiaridad con los canes se remonta a épocas en que el hombre
debiendo conseguir alimento utilizo a estos amigos para la cacería. Nuestra
opinión es otra, personalmente y viendo que la comunión continúa del otro lado,
es de suponer que, siendo existencias que siguen el mismo trayecto, la
familiaridad está marcada por el conocimiento de acá y de allá aunque el
recuerdo quede tan solo en el aire.
Fieles amigos de acá y de allá, si el recuerdo
permaneciera que placer reencontrarse, no lo creen así? Buena vida a todos, desde el alma. Pablo y Ana Borsani