miércoles, 5 de junio de 2013

Triste lección de vida

Hoy quiero contarles una vivencia que me apenó, ni bien regrese de esta semanita de pausa me dirigí a visitar a nuestros amigos, como en muchas oportunidades fui sin cámara, al acercarme al árbol que ya conocemos, el del hermoso rostro femenino, veo que fluye de su semblante en forma de lagrimas un liquido rojizo similar a nuestra sangre, dejaba largas trazas, observo en el contorno y para mi asombro, a su lado reposaba caído,  presa del viento,  su árbol compañero.
Desconozco el proceder,  pero rápidamente y sin pensar  llene de mimos su grueso tronco tratando de llevar consuelo a su apenada  alma.
Gravísimo error el mío, referenciando rostros y relegando sentimientos, cuantas  maravillas vamos conociendo y cuantas otras  quedan guardadas secretamente en espera de que estemos dispuestos. Visto esta que en  este universo no hay más ni menos, todos los seres somos semejantes, nacemos, crecemos, morimos,  pero antes sentimos, gozamos, amamos, sufrimos. Despleguemos los sentidos, no sea cuestión de que aquellos que juzgamos inferiores nos den una lección de vida.
Intenten ser cada día más naturales,  notarán con sus propios sentidos, elementos invisibles tales como el amor.
Gracias amigos, buena vida!!!
Nuestra hoy entristecida amiga

Un  brote sorprendente.

Observen las plantas y flores secas, increible verdad.

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