Hoy quiero contarles una vivencia que me apenó, ni bien regrese de esta
semanita de pausa me dirigí a visitar a nuestros amigos, como en muchas
oportunidades fui sin cámara, al acercarme al árbol que ya conocemos, el del
hermoso rostro femenino, veo que fluye de su semblante en forma de lagrimas un
liquido rojizo similar a nuestra sangre, dejaba largas trazas, observo en el
contorno y para mi asombro, a su lado reposaba caído, presa del viento, su árbol compañero.
Desconozco el proceder, pero
rápidamente y sin pensar llene de mimos
su grueso tronco tratando de llevar consuelo a su apenada alma.
Gravísimo error el mío, referenciando rostros y relegando sentimientos,
cuantas maravillas vamos conociendo y
cuantas otras quedan guardadas secretamente
en espera de que estemos dispuestos. Visto esta que en este universo no hay más ni menos, todos los
seres somos semejantes, nacemos, crecemos, morimos, pero antes sentimos, gozamos, amamos,
sufrimos. Despleguemos los sentidos, no sea cuestión de que aquellos que
juzgamos inferiores nos den una lección de vida.
Intenten ser cada día más naturales, notarán con sus propios sentidos, elementos
invisibles tales como el amor.
Gracias amigos, buena vida!!!
Nuestra hoy entristecida amiga
Un brote sorprendente.
Observen las plantas y flores secas, increible verdad.