Cabe
aclarar lo acontecido en el bosque, manos anónimas espaciaron cintas magnéticas de películas así tal como si se
tratara de adornos navideños, de árbol a árbol y en ocasiones a metros de altura,
sumado a la escaza atención prestada por parte de quienes tienen en sus manos
el cuidado de este reservorio natural, nos obligamos nosotros, los paseantes a proceder
a resignar tiempo de esparcimiento recogiendo el descuido ajeno para
depositarlo en el lugar conveniente.
Así como
dos más dos es cuatro, humano sin naturaleza es cero, naturaleza sin humano es
vida, no despilfarremos la gran oportunidad de coexistir.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani