miércoles, 11 de noviembre de 2015

Árbol amable y amigo

Amar la naturaleza en lo personal es amarnos, desde ese estado todo es posible, es regresar a tiempos  pasados en donde el ser y el ambiente se fortalecían uno a otro, estado significativo para la conservación de nuestra y todas las especies que se desarrollan en este bendecido planeta.
Acontecieron épocas en las cuales el conocimiento de lo natural fue vital, de igual forma al presente debiéramos retornar a tan valioso saber, para de nuevo sentirnos  integrados a un sistema amigable y protector como lo es el entorno.
Notamos el mundo de un determinado modo, y así lo vamos edificando. Lo hacemos a través de la influencia del medio y la cultura en la que estamos inmersos, prescindiendo de escenarios que sintiéramos de fantasía y que sin embargo no lo son tanto.
En imagen nosotros junto a un coloso propio de esta bendita tierra, árbol amable y amigo.

Creo para comprender, y comprendo para creer mejor. -San Agustín (354-430) Obispo y filósofo. 
Buena vida
Pablo y Ana Borsani  




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