Era el momento del llamado, cantidad de mariposas revoloteaban
en busca de un amor, así es que aquella dama inicialmente exhibida no fue el
único ejemplar que nos obsequio su imagen, ahora y en la que a continuación
presentamos, notaremos el rostro del que posiblemente fuere el cautivante varón,
decidimos exhibirla sin intervenir en su composición, así tal como fue
obtenida, por tal motivo aconsejamos
acrecentarla desde el vínculo a tal efecto y observar con prolijidad este
maravilloso enfoque que al momento la madre naturaleza nos permite considerar.
Desde el celestial y terrenal Paraíso, con el permiso dado
por quienes con celo reservaron un poco para el ahora y otro poco para el después,
anticipamos vistas que bien podríamos calificar extraídas de sorprendentes fábulas,
pero que tan solo son, una realidad alucinante
de la cual participaremos en algún incierto punto del camino.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani
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