domingo, 4 de enero de 2015

De Duendes y cabriolas

Transitando el bosque tropezamos con una bella personita, con suma destreza ejercitaba sus cabriolas,  ubicada en lo alto del anciano eucaliptus  componía actos de acrobacia en tela, claro está que realizaba el entrenamiento muy lejos de adivinar la cantidad de espectadores que seguían sus gráciles movimientos, entre ellos y destacado en la fotografía el simpático duende que ocupa desde años atrás el añoso árbol.
Para vos: nunca olvides que se pueden cambiar las cosas con solo creer que son distintas, “solo cree”.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani


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