Así es que
deberíamos empezar a pensar seriamente acerca de cómo tratarlos; en la década
de 1990, el Papa Juan Pablo II proclamó que los animales tienen alma y “están
tan cerca de Dios como el hombre”.
En lo
personal lo podemos afirmar e ilustrar, al tiempo que corresponde confesar nuestro
amor hacia ellos; además nos clasificamos como frecuentes consumidores de leche y sus
derivados y si bien su subsistencia nos enriquece, se trata de seres vivientes
y tan solo por ello deben ser respetados.
Disminuyamos
el consumo de carne, cuanto menos espaciemos un poco su utilización, millones
de buenos animalitos quedarán eternamente agradecidos y nosotros compensados
tan solo por poner en práctica aquello que alguna vez formo parte de nuestra
estima, el orgullo de “ser humanos”.
Un país,
una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.
(Mahatma Gandhi (1869-1948)
Político y pensador indio.)
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani