El círculo sobre mi pecho encierra individuos qué en busca de cariño se apegan, afecto
mágico en el que difícilmente reparamos, y que debiéramos distribuir como un encantamiento,
hechicería sin complicaciones, a no ser las amorosas, se comienza ablandando el
corazón y el resto surge solo, cual varita mágica que una vez orientada genera
asombrosos resultados.
Apreciaran en la fotografía dos círculos, hay más para descubrir.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani