Las hojas caídas, y de hecho las ramas y árboles caídos, son
el suelo de este bosque, razón por la cual luego de una trabajosa tarea cometida
por los bomberos locales, se sumaron dos intervenciones en los días siguientes
debido a que el suelo en sus entrañas mantenía alta temperatura y cual volcán a
punto de estallido, volutas de humo germinaban como en espera de una brisa que
las convierta en llama.
Causa extremo dolor e impotencia ver en situación de riesgo a quien uno quiere y necesita, lo que podamos
hacer con nuestras manos, lo que construya el hombre sea cual fuere el elemento
podremos reconstruirlo, pero el daño a
la naturaleza no tendrá solución al menos en cientos de años.
Llevemos con dignidad el nombre que nos otorgamos “Ser Humano”, seamos humanos y porque no, humanitarios.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani
Imagen lograda mientras ocurrían los hechos.