En cuanto los
nubarrones dejan paso a la luminosidad de sol, sujetos a la luz vienen entidades
divinas, habitan en donde la iluminación es perpetua; si debiéramos señalar lo haríamos
hacia el cielo, celestiales seres de misericordia infinita están cercanos y prestan
oídos disimuladamente, para ello la claridad debe de ser de
igual modo nuestra dirección.
La imagen
recrea el encuentro por nosotros conquistado, sucedió ni bien el cielo se descubrió
despejado.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani
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