La fotografía nos permite apreciar a un
ángel junto a mi pecho, es el poderío del vínculo quien lo demora, siente el
deseo de detener el tiempo sabiendo este su lugar.
Luna, amada hija perruna del corazón, llevas
memorias, afecto e inolvidables recuerdos, amor el tuyo como pocos humanos
conocemos.
Mi rostro no parece ser, diríamos que el
perfil que se distingue corresponde a otra figura, esa que sólo puede observarse
desde la vereda opuesta; dos y por testigo el viento.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani
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