sábado, 2 de noviembre de 2013

Sol, energía para la vida, II parte

En lo que respecta al ser humano podemos referir que sucede de igual forma, requerimos de la energía de la atmosfera para nuestras funciones, aunque hemos leído al pasar por alguna página “científica” que - Las neuronas transfieren información entre ellas mediante impulsos eléctricos. Pero… ¿de dónde viene esa electricidad que usan las neuronas? Pues nuestro cuerpo convierte la energía química de los alimentos en energía eléctrica.- A lo que nosotros indicamos que es errónea tal apreciación, el cuerpo humano toma del ambiente, llámese naturaleza, la energía para las funciones vitales.
Cada latido de corazón esta acompasado por un impulso eléctrico, es conocido que emisiones altas de energía solar traen como consecuencia ciertos malestares debido a exceso de carga en nuestra fuente, pero nada de cuidado. Además del sol debemos citar el viento y la rotación del  núcleo de la tierra que produce un campo magnético de proporciones.
Como apreciaran estamos inmersos en un ambiente eléctricamente cargado que permite el desarrollo de toda forma de vida, al que no hay que temer, en el orden natural de las cosas está perfectamente ideado, solo corre riesgo nuestra forma de vida tecno dependiente.
En pocas líneas tenemos la respuesta del millón, ya conocemos cómo funcionan los seres vivos?, y sabemos que es imprescindible el sol no tan solo para calentar el planeta, hay valor agregado.
Lo más significativo para que todo esto suceda en su más pura perfección es la intervención del Creador, sin el nada sería posible.

Todo lo expresado en esta nota, corresponde a nuestra autoría, tal como es tradición.
Buena y larga vida
Pablo y Ana Borsani


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