La dama del aire

Encantadora mujer de tez morena, la reluciente estrella que enciende tu calle te aproxima, viajas rodeada de luz, fiel compañera del rayo de sol que a modo de bendición ilumina.
Anónima dama de tez morena, tu figura tan solo duró por un instante tallada en el viento,…. un eterno instante.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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Planeta Paraíso

Una sublime y pequeña dama de inmaculado ropaje escucha mi locución. Se la observa suspendida en el aire, entre tanto algunos sutiles habitantes de la floresta asoman a la zaga del grueso árbol.

Manzanas, ofidios, más y más,….. Mucho más de lo que supiéramos imaginar, todo implicado en el decidido movimiento del planeta Paraíso, hogar ideal para millones de especies, domicilio del hombre, la tierra prometida, el Planeta Tierra.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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¿Porqué?

Nos hallamos tratando de entablillar una rama luego de encontrarla quebrantada.

Observaran en imagen que la tarea es realizada en conjunto, no sería inexacto decir que es un momento de efecto educativo, la unidad en pos de la vida, aunque tan solo se trate de un tallo del ya viejo eucaliptus.

Etéreos individuos en cantidad se suceden cercanos, hondamente interesados en ver corregido el cruel daño provocado.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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El, mi cruz de rustica madera y yo

Posesiones acá, así indica el imaginario anuncio plantado al principiar el camino. Acaso de allí provenga el nombre consentido “más allá”, seres alejados de todo aquello que carezca de encanto natural, la sustancia por sobre todas las cosas.

Personajes afectivos, indiscutibles tenientes de la eternidad. Así está grabado, las posesiones acá, más allá; sólo la riqueza del alma.

En imagen y sin retoque alguno observaremos diferentes individuos, uno de ellos descansa su rostro en mi pecho, poco más o menos creando una terna, el, mi cruz de rustica madera y yo.

La ronda para ser ronda ha de ser redonda; existir es una ronda; querer y ser queridos la hace redonda.-

Buena vida

Pablo y Ana Borsani  

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