Una sublime y pequeña dama de inmaculado ropaje
escucha mi locución. Se la observa suspendida en el aire, entre tanto algunos
sutiles habitantes de la floresta asoman a la zaga del grueso árbol.
Manzanas, ofidios, más y más,….. Mucho más de lo
que supiéramos imaginar, todo implicado en el decidido movimiento del planeta
Paraíso, hogar ideal para millones de especies, domicilio del hombre, la tierra
prometida, el Planeta Tierra.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani