Quedamos sin palabras; como decir que no estamos solos, que no somos tanto ni tan poco, como decir que todo somos nosotros.
La fotografía fue lograda en la mañana proxima pasada cuando saludamos a un conocido que está dentro del tronco de un gran árbol, él no está solo, lo ocupa junto a otros, así como de cuento pero tan real que obliga a reconsiderar la actitud humana, nos referimos a esa manía de desproteger como si no participáramos del botín, desconociendo la reciprocidad y el perjuicio al otro que también nos toca de lleno.
El planeta vive y eso está muy claro, podemos poner nombre a las cosas pero, de tantas tan poco sabemos. Es necesario ser más afectuosos sin requerir explicación, volver a lo natural, hacer crecer pero nunca empequeñecer.
Si el árbol, la piedra el aire u otra falta se desintegra la cadena; la gente, la vida, la naturaleza, el ambiente que tantas veces hemos de disfrutar por beneficio del normal ir y venir ya no resiste.
La imagen expone la realidad, en nosotros queda aceptar el conocimiento, en nosotros queda ser mejores, así sea.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani