Estamos sobre el andén y nada, se sube al tren y nada, pero al comenzar la marcha corremos detrás intentando decir todo lo que callamos cuando en realidad era el momento.
La eternidad o al menos cuanto quede por delante será en otra estación; abrazos, caricias, asistencia, presencia, un te quiero, todo esto y más ha de ocurrir acá.
Existir lo cuentan eterno, si, nosotros aseguramos que es más, pero vivir es un ahora.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani
Soledad, ingrato momento |