No se trata de un alejado rincón, es uno de tantos árboles en una plaza de mi ciudad, la figura es etérea y demuestra sorpresa tanto como la nuestra al observarlo encaramado en la altura, disfruten, es una prueba más del afamado “no estamos solos”, una prueba más de nuestra renovada existencia.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani