Se trata de
un espacio en donde cantidad de almas están detenidas e impedidas de elevarse
por la carga que asignan los errores, pasadas cuentas los retienen y convierten
en corregidores de propios o ajenos sucesos. Similar a un fruto que se libera
de su cascara, en dicha condición cualquiera fuere su estado interior no sería
posible ya disimular.
La tarea que
nos hemos impuesto se centra en el habla, asumimos el deseo de ser escuchados y
para ello destinamos breves razonamientos hacia aquellos individuos cuyas
culpas inquietan. Felizmente y en respuesta
observamos numerosas y vaporosas figuras elevándose hacia los cielos.
La clave
está en vivir y morir felices, no es aquel que vive muchos años quien vive más,
sino quien aprovecha los momentos, él ahora es el rey de los tiempos.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani