Tac tac……tac tac…
— Señor Duende..¿ se encuentra en casa?
— Si, atender el bosque es tarea de tiempo completo.
— ¿Cuál es tu nombre señor Duende?
— Me nombran “Farlon”
— Permíteme así nombrarte Farlon, mi nombre es Ana y dime, con tanto andarín por el lugar ¿y no te ven Farlon?
— Es que no creen y para quienes no creen, no estoy.
— ¿Te incomoda que pasen junto a tu casa sin notar tu presencia?
— Ana, no se trata de cantidad, si de calidad, veo dentro de sus corazones y no todos alegrarían mi momento.
— Y tus poderes ¿me puedes contar?
— Ana, poderes no sé si así llamarlos, somos diferentes pero ninguno por si es poderoso, existe poder cuando se consiente, por ello si algo quieres, lo pides y podrá ser, la ayuda llega uniendo voluntades así como la tuya, la mía y la del ser universal que nos asiste.
— ¿Con respecto a tu familia señor Farlon?
— Mi familia está en el bosque, están los míos y los otros, el bosque vive y nos reconoce, sin él, sin ellos el otro no podría ser, todos componemos la gran familia.
— Señor Farlon, que hermoso proceder, ¿porque el humano no piensa del mismo modo?
— El humano se distanció de la naturaleza tiempo atrás y cree ser el centro cuando tan solo está ubicado en una saliente, al filo y casi en caída, debe reintegrarse a la naturaleza necesariamente.
— ¿Y cuándo crees que pasará si ha de suceder, señor Farlon?
— Si Ana pasara, llegara el venturoso día, ocurrirá en tiempos del darse cuenta.
— Continuara —
Buena vida
Pablo y Ana Borsani