Pues es así como descansan, dentro de un capullo formado por no sabemos qué elementos, acaso sea seda tal como realiza su nido el famoso gusano, o será una envoltura realizada con sus propias alas, lo que sí sabemos es que hemos visto muchísimas descansando de esta forma a lo largo del tiempo.
Ya sabíamos de su existencia, son tan maravillosas como habíamos imaginado, por eso, más que echar a volar nuestra imaginación, debemos aproxímanos al jardín e intentar establecer relación con estas bellas existencias, tan naturales como nosotros mismos.
Disfruten y buena vida amigos
Pablo y Ana Borsani