No nos
sorprende el hecho de que un árbol posea
vida pero si sobre seguro sorprenderá si esta se hace manifiesta. Claro que los
arboles no poseen rostro, tampoco manos o piernas pero si son asiento de vida
como la nuestra, Hadas, Gnomos, Duendes y tantos otros los ocupan. Es por ello
que al cortar un árbol no solo desbastamos su vida sino que también lo hacemos
con la de muchos seres que de él dependen.
La
naturaleza no es individual, se trata de un conjunto de seres vivaces que
existen unos por los otros, tanto es así con aquellos que están a la vista como
con esos que no vemos.
No
pretendemos que nos crean aunque si deseamos que cuanto menos duden porque el
que nada sabe, de nada duda.
La imagen corre
el velo, algunas manos anónimas brotan desde
el tronco en busca de la mía la que ofrezco propiciando el apretón de manos tácito
más emocionante que pudiese recordar.
Quieren
conocer la formula, lleva un único ingrediente y este tiene por nombre “amor”.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani