En
repetidas oportunidades mostramos huecos de arboles con ocupantes casi
secretos, en esta ocasión expondremos un hueco que posee multitud de buenos
vecinos. Así como sucedería al oprimir todos los timbres al unisonó, sus habitantes emergen del interior por motivo
de nuestra presencia.
No es equivocado
pensar en que necesitamos mejorar el trato con el entorno, acaso a muchos
incomode, pero la realidad no admite opinión inversa
y en nuestro futuro posiblemente, léase bien, solo posiblemente, esté ya dispuesto
un hueco para alojarnos, ante la incertidumbre y las pruebas que recogemos como
una constante, estaría mejor no dañar lo que requeriremos en otro momento de
nuestra historia o que viablemente ya estén aprovechando antecesores nuestros.
Nos
beneficiamos de sobrado conocimiento para afirmar que la vida no es tal como la
observamos, cualquiera con ojos ágiles
puede apreciar que cada porción de la naturaleza a la cual pertenecemos, forma
parte de la desarrollada escalera que algún día comenzamos a trepar.
Que
no nos falten escalones!!!
Buena vida
Pablo y Ana Borsani