Depone la guardia
el espacio fragmentado, tan solo uno
permanece, existencias de acá y de más allá participes de esta única realidad, el
aquí y ahora.
Para cruzar
la línea es preciso balancear los sentidos, entender que el buen observador no
solo se vale de la visión a la hora de descubrir, se debe de ser genuino, poseer
afinidad energética con el entorno; todo a nuestro alrededor es energía,
nosotros mismos, el universo es energía.
Sensible o virulento,
luz o lobreguez, a ojos vistas estados energéticos antagónicos, usted decide,
tan solo de eso se trata.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani