Tan notorio como un suspiro, ser etéreo e irreproducible, aclamado espíritu por unos, fantasma por otros.
Humano, envase multiplicador de la especie, en algún punto y expuesto de
forma rústica semejante con la oruga,
que una vez que
ha crecido, crea un capullo, dentro del cual las partes del cuerpo se disuelven
y cambian a la forma de una mariposa, así, emerge la mariposa que comienza a
buscar a un compañero para juntos crear una nueva oruga.
Partimos y
retornamos, somos de acá y de allá por igual.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani