El paisaje
nos maravilla, nos hallamos en un planeta esplendido, mas si advirtiéramos a simple vista a nuestros
amigos ocultos el asombro ya seria impresionante, vemos en esta imagen un
tronco de árbol ya fenecido, que solo
eso es a la simple mirada, sin embrago si nuestra visual traspone el velo
descubrimos el rostro autentico del espíritu que se vale del tronco para
proyectarse, tal como si de un artesano de la madera se tratara.