Cuando de
amor se trata no importa lo material; tampoco
la distancia. Así lo manifiesta la imagen en la cual observamos mi constitución
con diferente rostro, imagen que personifica
la fusión de dos almas, para el caso la mía y la de aquel distinguido ser que
al momento desposeído de cuerpo se funde en un enorme apretón de amistad y simpatía.
Así es, el
aire esta colmado de vida, por ello el momento merece ser apreciado ya que disimuladamente forma parte del proceso, se trata del paso a
nivel superior, elevación que no todos conquistan y es así que aborrecen a
quienes lo están logrando, claro que sin caer en la cuenta que cada vez más y más
oscura tornan su existencia. Sin distracción y con la vista al frente, aunque a
muchos incomode, nuestro destino es la luz.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani
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