Tomemos la
vida así como si fuese un fruto maduro el cual no sabe esperar, su momento
justo es único, ni antes ni después. Arrebatemos a la vida el ahora porque es
tan solo eso, un continuo presente que vale vivirse con intensidad.
Nada entiende la naturaleza de hábitos humanos,
ella nos extiende un pasaje de ida y vuelta que no es otra cosa que un permiso
para tocar y sentir, comprensión que nos formará para más luego ser celestiales figuras del aire.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani
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