Dirigirse a
la luz es ir en dirección a la batería que alimentara nuestra existencia sutil,
los seres que permanecen en sombra necesitan reponer energía y es por ello que
a tantos observamos adheridos a la vegetación arrebatando el sostén de la planta,
en ocasiones incluso acaban con la vida de esta, los calificaríamos parásitos
espirituales.
Se dice que
los individuos que habitan en las sombras son malvados, posiblemente ocurra, aunque
el principal atropello que cometen es el de arrebatar energía para sobrevivir, todo
ser viviente requiere de energía. En nuestro caso al tiempo de
habitar un planeta expuesto a sus rayos asimilamos energía del aire mediante la ventilación pulmonar.
El gran
motivo por el cual no se ingresa a la
luz es el alejamiento que creen sucederá de abandonar la zona de confort, corresponde
decir que no es así, quienes van a la luz ágilmente regresan ya generosamente renovados
y vibrando en diferente orden.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani