En una época
hubo un árbol, hoy algo dolorido tan solo está el espíritu; tormentas, el
hombre o simplemente la ranciedad dejo como por encanto un muñón asomando de la
tierra, en el observamos la figura de quien los humanos nombramos “Duende” el que siendo parte del antiguo vegetal persiste firme como si se tratara de la misma
madera.
La pregunta
es ¿qué falta estamos cometiendo, estaremos obrando como ciegos verdugos de propio
y ajeno destino?
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani