Inocente criatura
de notoria grandeza, la imagen nos trae la figura de un niño deslizándose por el
reino celestial ataviado con aquella que ha sido su antigua silueta.
De los niños
es el reino de Dios.
Sólo la
fantasía permanece siempre joven; lo que no ha ocurrido jamás no envejece
nunca. Friedrich Schiller (1759-1805) Poeta y dramaturgo alemán
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani