Al igual que
un espejo, el arroyo cristalino nos acerca la imagen de una bella dama, perfil
reflejado inmediato a otros individuos que, del mismo modo se valen del
acompasado riachuelo para forjar su manifiesta imagen.
El aire empuja
etéreos soplos de vida, presencias del ayer que caminan sobre alguna suave
brisa en espera del instante de volver a florecer.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani