Seres como
los afamados pitufos entre otros clásicos de la inspiración ubicaban su vivienda
dentro de coloridos hongos. Ahora en imagen y ya alejados de toda ilusión distinguimos
un hongo, sus colores no son motivo de atracción aunque si sus habitantes que
apiñados se cobijan bajo el sombrero.
Todo
pareciera un gran sueño, para muchos de nosotros las fotos aportan una porción de infancia, tiempo en que las hadas los gnomos y los
duendes entre otros eran propietarios de las más bellas ilusiones, hoy vemos
que nada se ha alterado, posiblemente un poco más crecidos pero continuamos
siendo niños en un fabuloso mundo de ensueño.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani