Existen
sonidos imperceptibles para el oído humano, con soltura se afirmarían inexistentes,
pues así sucede con la mirada, en proximidad ocurren sucesos no registrados por
nuestra visión.
En la imagen
ponemos a la vista un ser persuadido de su invisibilidad, de esa manera
sobrevuela frente nuestro, al tiempo que disfruta del soplo fresco en una ardiente
tarde.
Llegará el día
en que como expertos pilotos naveguemos los vientos, tu viaje será igual al mío, retomaremos nuestra olvidada identidad,
la que nunca se ha perdido.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani