Separación de cuerpo y alma

En entrada anterior exponíamos sobre la “vibración”, la cual motiva desiguales estados en la materia.

A esto es oportuno añadir que de cara al final, el proceso prepara la separación de los desiguales componentes del cuerpo, en cuya composición intervienen los tres estados de la materia, solido, líquido y gaseoso, siendo la porción etérea aquella que persiste llevando abundante experiencia y sentimiento.

Dicha fracción volátil es sin duda la pieza fundamental que preside el organismo,  puntualmente el yo del espécimen.

En imagen mostramos la porción etérea del ser, sabíamos ya que por su constitución sutil adoptan posición sobre elementos concretos,  en este caso es un gorro situado sobre la mesa el territorio elegido para personificarse.-

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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Sabrán descubrir otros amiguitos sobre nuestra mesa, de ellos hablaremos más adelante

El entorno que no miramos

A diario observamos al hombre actuar en contra de la naturaleza, atenta contra cursos de agua, fauna, vegetación y el aire entre otros componentes del sistema, esto sobreviene por neta ignorancia, porque si bien creemos saberlo todo, no somos más que un grupo de individuos envanecidos actuando en propio favor y desordenadamente. Conquistamos la cabina y si bien sabemos que por sí sola no marcha pretendemos desconocer que debajo interviene un sutil y poderoso motor.

La vida aprovisiona a la vida, sin vida no existiría la vida, cada especie desarrolla su rol y entre todas las especies se desarrolla el planeta en que existimos.

Creer no es tan importante como lo es sospechar y ante la menor sospecha debemos actuar en defensa del futuro que no será otra cosa que el nuestro, en otra etapa del camino.

Existen personas observadoras como también otros por demás abstraídos, para todos ellos las imágenes, les posibilitará observar esa porción del entorno oculto que a la par existe. Fragmento del contexto que nos indica que estamos inmersos dentro de un formidable cuento, de esos que se conservan como divino tesoro, cuento que eternamente debiéramos continuar narrando.

Preservemos el sistema, reverenciemos la existencia, a lucir con orgullo el nombre que nos identifica, Homo sapiens, (hombre sabio)……, y así viviremos felices por siempre.

Buena vida

Pablo y Ana Borsani

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