Vivir nos
resulta tan natural que recién cuando quedamos en riesgo caemos en la cuenta de
lo bello que es, como también nos sucede en el terreno celestial, solicitamos favores
aun cuando olvidáramos dar gracias por tanto ya recibido.
La luminosidad
del sol en la tibia tarde trae amorosos amigos, al tiempo que declara la
presencia de Dios. Animen, hoy estamos maravillosamente vivos; agradecer y festejar!!!
En imagen
Ana rodeada de claros y luminosos seres.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani