La imagen
fue tomada dentro de una vivienda desocupada, quienes la habitaban fallecieron y a estas horas aún no renuncian a su estancia
en el lugar. Así como lo haría un animal en nuestro espacio un ser muestra su
enojo ante nuestra presencia, detrás una
persona, la antigua moradora observa. Tan solo es negación, intenta continuar
alejada de la energía lumínica aspirando permanecer eternamente en sus dominios.
La luz es energía,
al faltar agria el carácter, sumado esto al pesar ya arraigado transforma al
individuo en un ser infame, estado que con la asistencia de Dios alteraremos en escaso
tiempo.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani