Es sabido
que luego del fallecimiento de un ser querido las mascotas se afligen de tal
manera que en ocasiones este sentir las conduce hasta el lugar de reunión, la
“muerte” misma.
¿Pero qué
sucede en aquellos casos en que principian el viaje?; claramente ocurre de
igual manera, aunque desde otro sector de la existencia, su espíritu acompaña y
aguarda al ser querido sin importar el tiempo o la propia evolución. Así
notamos a nuestra amada hija Fox Terrier de nombre “Luna”, canino que de nuevo
presentamos en imagen.
Del mismo
modo cuando alguien los desatiende en este ámbito, el amor absoluto no les
permite recuperarse y condena de no ser a la "muerte", a una duración
de triste desempeño.
Mucho falta
al ser humano para lograr completa comprensión, grande es lo que pueden enseñarnos
criaturas que tanto saben de sentimientos. Escuchémoslos!!!
En imagen y
en mis brazos el Angelito, disfruten
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani