Franqueamos momentos de excesiva oscuridad, en todo sitio hasta poco tiempo atrás descubríamos seres oscuros entremezclados; eso ya no ocurre, la luz ocupa todos los espacios y es así que nos suena la célebre canción de Antón pirulero, “cada cual que atienda su juego y el que no lo atienda pagara una prenda”.
La vida está empedrada de aciertos y errores, por ello y tantas veces mejor no precipitarse, antes que hacer equívocamente.
Atiendan el juego y …..
Buena vida
Pablo y Ana Borsani