Fue la razón, obtener una imagen representativa de estación invernal, hojas acariciando su última
etapa. Quedamos cautivados por el admirable tono limonado, el cual inmortalizamos
inmediato a una persona de espíritu alegre y fugaz así como lo fue su
presencia.
Tan vertiginosa
aparición nos recordó que se debe de vivir con sensatez ya que somos el camino
de un sinnúmero que a la cola espera. Energías por miles resueltamente se
encuentran agitando el ropero en busca de la vestidura que concede la capacidad
para tantos ya olvidada o nunca apreciada de sentir.
La vida no comienza en
nosotros, sin embargo, la creamos incesante.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani