Menciona el
cuento que el tallo de la planta crecía
y crecía, subía hasta el cielo y se perdía entre las nubes alcanzando hasta un
extraño País de gigantes. Llega a la memoria el conocido cuento de “las
habichuelas mágicas” al observar la elevada vegetación y el considerable rostro
de la energía que nos asiste en la fotografía. Es estupenda
la vida, vivir más estupendo se torna, todo está al alcance de la curiosidad.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani