Por un momento
cobran vida, distinguimos en la fotografía la figura de Ana sujetando la carita
de un bebe entre sus manos, imagen con esencia de un lejano pasado, así como
por sutil encanto, a modo de ligero retorno a un tiempo ya distante, se
reeditan pasadas emociones, etapa en que su retoño comenzaba a curiosear la
vida, treinta y tantos años han quedado atrás desde este magnífico suceso que hoy
ya transformado en sublime recuerdo, por razón de la gracia divina rejuvenece.