Al centro de
la imagen y asentada bajo una añosa planta de eucaliptus, la vida descubre el modo
de manifestarse tal como la mujer del ayer. Fantasma, aparecido, espectro, todo
ello y más resumido en un espíritu como tantos otros que se pasean cercanos, eternizando
momentos.
Las formas envejecen
y así una, otra y otra vez buscamos remontar la carne con el fin de reanudar el
acontecimiento del vivir, del tocar, del sentir, del amar como máxima emoción autora
de vida.
No derramen el
momento, él porque del retorno; sean, amen, rían, el tesoro no esta oculto, es la
felicidad y la podemos cargar, camina con el espíritu.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani