Nos
encontramos nuevamente frente a un Duende. En esta oportunidad no se trata de
un habitante perpetuo del tronco, tan solo
ocurre que pasaba por el lugar y la quietud de tarde lo invito a la pausa.
Amamos la
vida y la vida nos seduce. Desparramen amor al paso y estén seguros que nunca
caminaran solitarios, nada más cuenta, Créanlo.
Buena vida
Pablo y Ana
Borsani